miércoles, 16 de enero de 2008

La regla de tres

ilustración Gustavo Aimar
Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas.
Mal momento, pienso. Ella está en la cama, esperándome. Desabrocho torpemente mi camisa. Recuerdo aquella vez que las niñas… ¡no! – me digo.
Bajo mis pantalones. Vuelvo a oírlas.
- “Papá, vamos a llegar tarde”.
La miro, esquivando mi pensamiento. Su cuerpo es perfecto.
- “Mamá dice que espera con Sandra en el coche”.
Se va a dar cuenta de que pienso en otra cosa. No puedo evitarlo. La miro a los ojos y le digo: ¿Sandra dejaste a propósito tu pulsera en mi coche?
No responde. Siete años de matrimonio por dos meses de polvos. No me salen las cuentas.

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