viernes, 21 de marzo de 2014

El miedo. Alejandra Pizarnik

                                                                     En el eco de mis muertes aún hay miedo.

¿Sabes tú del miedo?

Sé del miedo cuando dejo mi nombre.

Es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre,

o el miedo con los labios muertos bebiendo mis deseos.

Sí. En el eco de mis muertes aún hay miedo.



ALEJANDRA PIZARNIK




domingo, 5 de enero de 2014

No llores hoy lo que no llorarás mañana




                      Aleksandra Waliszewska

Algún día podrás contar un, dos, tres sin llorar hacia adentro
Podrás nadar lo imposible y saltar desde el trampolín de lo improbable

Respirarás bajo el agua

Y volarás cometas bajo el suelo

El viento dibujará un mar de hierba y las altas olas te llevarán en sus crestas

Y no habrá más ballenas varadas

Ni tendrás que borrar la aritmética con lágrimas

Algún día uno y uno no serán tres

Y tres y tres no serán siete

Como tampoco dos y dos serán cinco

Algún día podrás contar un, dos, tres sin llorar hacia  adentro


Porque llegará un día en que tarde será pronto y pronto será tarde
En que pronto y tarde serán lo mismo
y ya no habrán dudas
Y podrás contar un, dos, tres sin llorar hacia adentro

Por eso y sólo por eso
no llores hoy lo que no llorarás mañana 

                                                                        
                                                                             Música:  “Air” de Chopin

viernes, 1 de junio de 2012

Como




Ilustración Lidia Lys Selimalhigazi

Como gotas de agua que se estrellan contra la loza del baño.
Como el humo que se escapa entre los dedos
mientras
el cigarrillo se consume.
Como un empujón que nos lanza al vacío para retarnos.

Como un pájaro con la jaula abierta.
Como el miedo sin barrotes.
Como un torbellino que no se quiere sentir.
Como una discusión
inesperada.

Como esa pregunta que lo pone todo en duda.
Como un camino que se corta.
Como un callejón en forma de T.
Como el sexo sin sexo.
Como las nubes arrastradas por un cielo inexistente.
Como la velocidad de las no cosas.
Como los ronquidos en mitad de la noche interrumpidos
por episodios de apnea.
Como el terror a una muerte de plástico.

Como el temblor de una contraseña olvidada.
Como uñas afiladas que escriben en la piel
palabras imborrables.

Como una canción triste
escuchada en los cascos de un ipod
que agota
el último aliento de batería.

Como el sudor de un abrazo en verano,
resbaladizo y nervioso.

Como los te quiero no pronunciados
a media voz
mientras uno duerme.




Ilustración Lidia Lys Selimalhigazi


Como un poema
justificado a la derecha
se confunde con
el cardiograma de los latidos
de un corazón
que
se
apaga.




Ilustración Lidia Lys Selimalhigazi

Lysdesign.blogspot.com.es