lunes, 22 de septiembre de 2008

El presentimiento


Y se vistieron para la misa de 12. Vamos se está haciendo tarde, le dijo ella mientras él miraba paralizado hacia la puerta. Las campanas tañeron con fuerza y se escuchó el ladrido de un perro. ¿Por qué andas tan lento? preguntó enfadada. El hombre presentía su muerte aquella mañana en la iglesia. La madera, el olor a incienso. El cura introdujo la neula en su boca y un sabor amargo invadió su lengua. Angustiado buscó los ojos de su esposa para despedirse y los encontró en los del sacerdote. Si ya lo sabía yo, se dijo, al bar, Manolo al bar.
Ilustración Gabriel Pacheco

jueves, 4 de septiembre de 2008

El error


El serenatero gustaba de enseñar equilibrios a las cabras.
Éstas como bailarinas le acompañaban en sus recitales nocturnos. Los animales le miraban incrédulos durante las clases, mientras él hacia aspavientos ridículos, sobre un taburete de madera, en el que apenas le cabía los pies. A las rumiantes no les interesaba el baile, preferían cantar y tocar la guitarra. Cansadas, decidieron montar un grupo de pop “Los escarabajos” y le propusieron al hombre ser su road manager. Éste las rechazó por locas. Años más tarde, en la radio, las cabras, le dedicaban su éxito: “Help”. El serenatero que en ese momento cantaba en la ducha, resbaló.
Ilustración Simón del desierto

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La inexistencia



Como explicarte que eso que te atormenta no existe. Como decirte que nuestros cuerpos, cuyo pasado buscas, tan desesperadamente, no son más que un espacio vacío, con elementos diseminados por doquier. No somos más que partículas subatómicas, energía e información, tal vez falsa, cuya existencia escapa a cualquier aprisionamiento temporal o espacial.
Como hacerte aceptar que nuestros átomos pueden estar en dos sitios a la vez. Que nuestra edad es la eternidad de esas briznas, que no envejecen.
No somos sólidos, ni estables, nunca lo hemos sido. Nos intercambiamos permanentemente con el cuerpo expandido del universo. Detén pues tu idea de tiempo lineal, de tiempo que viaja hacia atrás. Créeme somos física cuántica. La realidad no existe y el pasado tampoco.