jueves, 8 de mayo de 2008

Apod-arte o la relatividad del apodo


La malvada Hipotenusa capturó a Pi y nos lo mandó en un MMS. Fue un 14 de marzo, el día en que Alberto, alias Einstein, cumplía siete años. Estábamos junto a la tarta esperando que soplara las velas. A Pitágoras le sonó el móvil. En el mensaje Pi aparecía amordazada. Hipotenusa nos pedía un rescate. Heisenberg puso cara de incertidumbre. Debíamos tomar una decisión. Apodarme Descartes me obligaba a dudar constantemente. Harto de resolver problemas opte por cambiar de apodo. Traicioné a Pi y me pase a las letras. Ahora me llamo Neruda. A las niñas les gustan más los poemas.
Ilustración de Blanca

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